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El PCE apoya las movilizaciones de la vivienda

En apoyo de las movilizaciones de vivienda, llamamos a la rebelión ciudadana


Secretaría de Movimientos Sociales / mayo 07

El Partido Comunista de España apoya las movilizaciones convocadas por las Asambleas por la Vivienda Digna y otras organizaciones sociales para el próximo 5 de mayo en diferentes ciudades españolas, reivindicativas del derecho a una vivienda para todas y todos los ciudadanos.

Como ya hiciera en cada una de las anteriores movilizaciones por el derecho a la vivienda, el PCE hace un llamamiento a sus militantes para que colaboren con su presencia y su trabajo para que esta convocatoria sea un rotundo éxito.

Del mismo modo que centenares de miles de personas salieron a la calle el día 17 de marzo para denunciar la locura sangrienta de la guerra que multiplica los beneficios del gran capital a costa de la muerte y el padecimiento de millones de seres humanos, habrán de anegar ahora las calles multitudes de ciudadanos para reclamar el legítimo derecho a algo tan elemental como un hogar en el que poder vivir, un derecho tan solemnemente proclamado en las leyes como vulnerado en la realidad.

Hay que desenmascarar el obsceno lucro que banqueros, promotores, constructores, funcionarios y políticos corruptos obtienen a costa de que diez millones de personas en este país no puedan disfrutar de una vivienda digna, tal como les promete el artículo 47 de la Constitución de 1978.

El PCE comparte básicamente tanto el diagnóstico como las propuestas que recogen en sus manifiestos Asambleas por la Vivienda Digna como la de Madrid. Como en otras ocasiones hemos afirmado, solamente la gestión íntegramente pública del urbanismo y la constitución de un amplio parque de vivienda pública en alquiler, separado del mercado y a precios limitados, puede ser la base tanto para acabar con el infame saqueo de riqueza pública que por medio del mercado inmobiliario se acomete en nuestro país, con la colaboración necesaria de todas las administraciones, como para hacer realidad el derecho a la vivienda de todos.

El PCE también cree que es un acierto que para esta ocasión se denuncie la íntima relación que con la carestía de la vivienda tiene el desempleo, la destrucción de derechos laborales o la privatización ininterrumpida de servicios públicos llevada a cabo con idéntico entusiasmo por los gobiernos del PP y por los del PSOE.

Aquí reside la coincidencia sustancial, y la que importa, entre los grandes partidos políticos, y la verdadera realidad que han de soportar millones de ciudadanos y ciudadanas cotidianamente, la inmensa mayoría de la población. Justamente la realidad de la que ni los medios de comunicación de masas ni los grandes partidos ni nadie con poder para marcar los asuntos de debate público parece querer hablar.

Es una desvergüenza intolerable que volvamos a oír a los líderes de una derecha cafre de nuevo clamando en plazas y avenidas en defensa de la patria –“su” patria, la que protege sus negocios, por supuesto- puesta en peligro por imaginarias conspiraciones de comunistas, masones o separatistas. Como es una desvergüenza, a la que muchos y no solo la derecha contribuyen con pasión, que todo debate en nuestro país se quiera reducir a decidir sobre si se convierte en “mártir” a un canalla o bien en símbolo de la “cesión del Estado ante el chantaje” de no se sabe quién.

Somos mayoría los que sufrimos la realidad de la injusticia social y no tenemos que permitir que nos distraigan con sus inventadas disputas de salón de té quienes se enriquecen a costa cabalmente de la injusticia social.

¿Ante quién cede el Estado que posibilita que haya millones de viviendas vacías en nuestro país, mientras también millones de personas no tienen acceso a un hogar en que poder vivir, amar, crear y ser un ciudadano libre?

¿Quién chantajea a los poderes públicos con el fin de que toleren las astronómicas plusvalías que un urbanismo desaforado genera para una minoría de parásitos, especuladores y ladrones encorbatados, en tanto que centenares de miles de jóvenes, y no tan jóvenes, ven romperse ante sí cualquier futuro digno al que tienen derecho?

¿Quiénes fueron los que pactaron eliminar la banca pública que podría intervenir en la economía para garantizar los más elementales derechos sociales de todos? ¿Quién tolera, y qué obtiene a cambio de permitir los escandalosos incrementos de beneficio del capital financiero por encima del 30 por ciento cada año, en un país en el que tantas personas han de subsistir por muchísimo menos de 1000 euros al mes, con empleos precarios, bajo la amenaza constante de despido y el ahogo de interminables hipotecas que pueden dejarlos en la miseria en cualquier momento?

¿Quiénes negociaron las contrarreformas que han pisoteado y destruido derechos laborales y sociales que costó el generoso esfuerzo de miles de trabajadores arrancar al poder? ¿Ante qué intereses oscuros se doblegaban y a quién regalaban las extraordinarias ganancias que extraían del empobrecimiento de la mayoría? ¿Cómo se les pagó a los representantes públicos que de esta manera traicionaron el mandato democrático de la ciudadanía cediendo el interés general y los derechos y bienes de todos a una corrupta elite financiera y empresarial?

Ésta es la verdadera “conspiración” y éste el verdadero “chantaje”. Ésta es la realidad que la gente vive; no las fábulas con las que quieren envolvernos.

Denunciamos, pues, a capitalistas, banqueros y especuladores que extorsionan al Estado. Acusamos a representantes institucionales y funcionarios que se corrompen y venden nuestros derechos a cambio de mezquinas prebendas, al tiempo que con la colaboración de los grandes grupos mediáticos quieren ocultar la realidad con debates insustanciales que en el fondo a nadie importan.

Llamamos a la rebeldía, a la más amplia y democrática rebelión ciudadana en contra de este estado de cosas. Las movilizaciones por el derecho a la vivienda digna son un paso esencial para desenmascarar los intereses a los que sirve la injusticia social.

En ellas, con toda nuestra energía, hemos de estar las y los comunistas

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